No hay punto de comienzo
para este sendero
un paso
una caída
mas un guiño
en esta pesadilla de pasajes encandilados
tanta belleza
en la siniestra silueta de su imagen
Entre portales jugábamos a tirar las cartas
al destino de la brisa
quiebro el cristal del espejo
con una hoja afilada
destruyendo la tela
Diós! el dibujo está hecho pedazos
arde y se inflama el deseo
como labios agrietados
partidos tras dulces besos
de tardes en pausas
la cúspide fría de tu nariz en mi memoria
o en la misma tela
rajándose hasta ser hilos
desteñidas ruinas casi incoloras
bajo el polvo
Aquel sentimiento inquebrantable
se trastorna también por el olvido
el amor en cocción a fuego lento
llama tan baja
casi inmóvil
Un acto, un recuerdo
la mano tomada con tímida firmeza
desentendido el cuerpo de si mismo
Por más corazas que blinden el corazón
esa sola flecha
lograba perforar hasta sus escombros
ay!
con negación
por el sentir que ya se esfuma...
fin
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